Blog
PERASHAT “KORAJ”
- junio 16, 2023
- Publicado por: augustomunoz
- Categoría: Sección Torah
El ILUMINISTA
(Comentario sobre la Perashat semanal)
17/6/2023 – 28 DE SIVAN 5783
“Perashá zó yafá nidreshet…” anuncia Rashí cada vez que arribamos –no sin asombro- a nuestra sección semanal. El célebre sabio Ben Ish Jai explica acerca de la expresión, que ‘toda perashá que narra hechos del pasado, es interpretada por lo ocurrido alguna vez, pero lo que fue, ya fue…’. ¿En qué se diferencia Koraj del resto de los relatos? Afirma el sabio que ‘esta perashá interpreta el tema negativo de la discusión y las fracturas entre una comunidad de hombres así como la posterior ruina de su promotor, y sobre esto se ha dicho: “yafá nidreshet”, es decir, esta interpretación es útil de aquí en adelante, o sea, para temas de futuro’.
El tema que trae Koraj al escenario del desierto no pertenece al pasado. Una gran verdad destila el comentarista. En nosotros habita la capacidad del descubrir que nuestra sagrada Torá propone situaciones a futuro. Cuando por entre las generaciones asome nuevamente un hombre que lleve a la confusión por medio de palabras y pensamientos que suenan a ‘puros’ y ‘ciertos’. Y lo más temible: el ‘majloket’… Ese mal endémico que asola y azota el quehacer humano, dividiendo, partiendo, quebrando, fracturando el cuerpo social y el alma sensitiva de una nación…
“Col ha-edá kulám kedoshím, u-be-tojám HaShem” fue la bandera izada por Koraj. ‘Toda la congregación, todos ellos son consagrados, y dentro de ellos está El Todopoderoso’…Toda la razón parecía asistirle. Un pueblo de iguales, donde la Divinidad reside en cada uno. Y eso está bien. “Ve-Shajantí be-tojám” dijo D’s al indicar la construcción del Santuario Móvil en el desierto. El Creador anhela habitar en medio de Sus hijos. Nada más claro, nada más patente. Por tanto Koraj no nos descubre nada nuevo. En todo caso confirma la Voluntad de D’s. Pero para ello no debe producir escisiones. Para ello se debe educar, se debe trabajar desde lo cotidiano en la cristalización del objetivo.
“U-be-tojam HaShem…” –y en medio –dentro– de ellos, está D’s-. Aquí deberemos entonces detener nuestra mirada.
Koraj tiene una apuesta. Singular. Novedosa diríamos. Si D’s está dentro de ellos… ¿Por qué es que debemos exteriorizar nuestra forma de ser y de vivir hacia afuera? Una pregunta capciosa. Malintencionada si lo queremos. Ser judío para Koraj es una ‘cuestión interior’. Precisamente Koraj antepone ante Moshé y el pueblo dos preguntas que parecen nacer de la implementación práctica de la Halajá, pero que a nuestro humilde entender, vienen a marcar su ponencia y a dejarla expuesta con claridad.
Un Talit cuyo color total era celeste-violáceo –‘Tejelet’-, ¿debe llevar Tzitzit (que tiene tan solo un hilo de esa tonalidad)?, como lo indicaba el final de la perashá pasada. Su pregunta está direccionada no al objeto, sino al Sujeto de dicha ordenanza. D’s lo ha establecido. ¿Debemos manifestar nuestra obediencia a D’s de manera expuesta?
La otra cuestión fue la mezuzá… “Y las escribirás en las entradas de tu casa y de tus ciudades”. Siendo que la mezuzá posee dos perashiot de la Torá, una casa llena de libros de Torá ¿debe llevar una mezuzá?
Discutir lo obvio hace que las preguntas cobren ‘doble sentido’. Koraj debe ser analizado a la luz del futuro. “Perashá zó iafá nidreshet…”. Todo el pueblo judío es sagrado, y dicha condición debe ser preservada sin identificación alguna exterior. Ni el Tzitzit ni la Mezuzá… (Recuerde querido lector, que ‘Tzitz’ nace de la expresión brote…Algo que crece y se muestra hacia fuera. En el caso de los Tzitziot –‘recordaréis todos los preceptos de D’s y los cumpliréis’– de acuerdo al mandato…crecer en la observancia y la fe). ‘Tzitz’ proviene de la corona que el Cohen Gadol usaba sobre su cabeza, donde portaba la inscripción “Kadosh laHaShem” –consagrado para D’s- y a través del cual, cada judío se reflejaba en su rostro cuando imploraba por la Bendición Divina…
Koraj es habitante del modernismo. De aquel Iluminismo que ganó un lugar en el mundo, y lució sus galas entre los avanzados pensadores judíos del siglo 19. “Iehudí be-ohaléja, ben adám betzeteja”. Ser un judío paredes adentro, ser humano en la expresión pública.
‘D’s está dentro de ellos’…No son necesarias manifestaciones en el afuera. Allí ‘todos somos iguales’. Nuestra manera diferencial transcurre puertas adentro. Koraj quiere una comunidad de iguales. Y de caber alguna manifestación íntima, la misma ocurrirá cuando entre sus 4 paredes, el judío recurra a sus memorias extraviadas y alguna que otra melodía perdida entre las arenas del pasado, de aquellos ‘cuentos irrelevantes’ que ocuparon parte de la infancia sacudida por la razón pura.
Una mezuzá no tiene valor alguno, cuando la casa del iehudí está llena de libros…No sabemos cuáles. Pero bibliotecas repletas. Un Tzitzit se torna innecesario, cuando su celeste-violáceo ocupa toda la gama del vivir cotidiano, coloreado con los matices de la asimilación –una mezcla fatal- que parece colorear a todos de idénticos colores…
Pero por sobre todo, Koraj, entendían los sabios, quería divorciar entre las partes: separar cielos de tierra. Porque en definitiva, Koraj afirmaba el Ben Ish Jai, posee entre las letras de su nombre la expresión de ‘Rajok…’: la distancia, el estar lejos, el drama del alejarse para perderse entre las igualdades declamadas por los hombres que llevaron al genocidio más terrible de la historia…Koraj, el iluminista del desierto.
¡¡Shabat Shalom umeboraj!!
Mordejai Maarabi