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(Comentarios sobre la Perashat Semanal)
Por el Rabino Dr. Mordejai Maarabi
27/01/2024 – 17 SHEVAT 5784
COMENTARIO 1: Cantar al amor. Cantar de amor…
El hombre libre no solo recupera el habla. El hombre libre, se anima a cantar. La esencia de la libertad no ocurre cuando los cuerpos abandonan sus cadenas sino cuando las almas se elevan en una melodía y dibujan contornos armoniosos y esbeltos…Pues el hombre libre recupera su figura y es cuando lo podemos ver en su verdadera imagen. La propia. La no distorsionada por el dolor. La no sacudida por el temor. Imágenes de seres que transcurren sus mañanas y sus noches creando, creciendo, creyendo…
“Moshé uBené Israel Lejá anú shirá vesimjá raba…”. Nuestra plegaria no es ajena a la realidad. Alcanzar la ‘Gueulá’ –vocablo que traduce la exaltación de la libertad llevada a la redención- es posible en el mundo real. Se requiere de hombres. Se precisan voces. Se necesitan emociones. Se exige plenitud de alegría. De felicidad en la alegría.
‘Moshé y Los Hijos de Israel a Ti respondieron con un canto inmerso en una profunda alegría’. Nada más parece necesario para dibujar el cuadro de la libertad. Un canto de alegría…
Este Shabat recibe una corona especial. El Sábado de la Canción. ‘Shabat Shirá’. A la tarea cotidiana de reflejar nuestro paso por la vida –la historia que se reitera en cada día-este Shabat le pone ‘nombre propio’. Porque esta canción, la llevamos cada mañana en la sentida plegaria que amanece con nuestras vidas. ‘Shirat haIam’ –la Canción elevada cuando se cruzó el Mar Rojo- no es el relato de una epopeya del pasado… No.
Es la vivencia de cada día y día. Es sumergirnos en las aguas del diario quehacer y sentir, que las fuerzas del alma se inspiran en la letra, y entonces, los sonidos irrumpen en medio de la mar humana, para hacerse melodía. Melodías de amor inclaudicable. Melodías de reconocimiento inacabable. Melodías que salpican con frescura el cuerpo – a veces cansado y agotado por los menesteres de la libertad. La libertad perdida…
A partir de este Shabat somos un pueblo libre que canta. Y nuestra sagrada Torá, fiel espejo de las emociones y sensaciones del hombre en toda generación, nos invita a sumar las voces, en un intento por superar una vez más al ‘Egipto interior’. A aquel sistema que acalla. Que las aguas las emplea para sumergir y exterminar. A los hombres de una ‘casa de la esclavitud’ quienes lejos de apreciar la libertad propia, han caído presas de sus propias pasiones. Que se han tornado prisiones…
“Shirá, besimjá rabá”, cantar con el alma henchida por la felicidad. ¿Quiénes cantan? Responde nuestra plegaria: “Al zot shibejú gueulím…” – ‘por todo esto, alabaron en su canto los redimidos’-. Abrazar la Gueulá es posible cuando combinamos la alegría con la capacidad de entonar una melodía. La que nace del alma. Y es cuando se camina. Cuando se encamina el hombre liberado hacia la meta. Hacia el lugar donde la Palabra se viste de gala, se torna mandamiento, se envuelve el papel regalo y desciende hacia todos los hombres, libres. Ansiosos por ser empapados por las suaves gotas de amor que desde los Altos Cielos, descienden como rocío fresco y revivificador, hacia los cuerpos exangües y las almas sedientas por saber. Por ser más libres. Libertad del Saber, esencia de la Gueulá en todos los tiempos…
“Az iashir Moshé uBené Israel et haShirá hazot…”. Canto de generaciones. Moshé Rabenu y los Hijos de Israel estaban plantando en ese instante la eternidad. ‘Iashir’, tiempo del cantar en futuro. Porque la Gueulá es siempre futuro. Es nuestra esperanza. Es el canto que se engarza entre las cadenas que esclavizan, desintegrándolas, una a una, hasta atar los cuerpos y ligar las almas a lo Verdadero y lo Eterno. Al D’s de la Verdad. Al D’s que conjuga Eternidad.
Alcanzar la sagrada Torá junto al Canto. ¡Allí el secreto atesorado cada Shabat! Poder percibir entre las finas y delicadas cantilaciones de nuestro Sefer, el aliento de la Gueulá. El llamado de ser libres… ¡más que nunca libres!!! Porque cruzar la gran mar es alcanzar el profundo desierto. Es arribar al tiempo, cuando la canción se torna precepto y la mitzvá, en estudio. Es entonces cuando se nos enseña, que “ein lejá ben jorín, ela mi sheosek baTorá…”. La persona verdaderamente libre, es aquella que puede disponer su tiempo –su feliz tiempo-, a ocuparse en la Torá…
COMENTARIO 2:
Perashat Beshalaj habla del maná, el alimento milagroso que descendió cada mañana de los cielos para sustentar a los Bené Israel durante su estancia en el desierto. Leemos que después del descenso inicial del maná, hubo algunos entre los Bené Israel que desobedecieron la orden de Moshé de no dejar nada para el día siguiente, y cuando despertaron a la mañana siguiente, descubrieron que la porción sobrante se había echado a perder (16:20).
En el nivel más simple, esta cualidad del maná, que se estropearía si se dejara hasta la mañana siguiente (excepto en Shabat), tenía como objetivo garantizar el sentido de dependencia en D’s de los Bené Israel cada día. Dado que el maná se volvió no comestible después de un solo día, los Bené Israel se fueron a dormir cada noche sin ningún alimento para el día siguiente, una experiencia que, con el paso del tiempo, sin duda engendró en ellos un firme sentido de confianza en la capacidad de D’s para proporcionar un medio de sustento. Esta lección fue fundamental para que la gente la aprendiera antes de cruzar a Eretz Israel y desarrollar una infraestructura agrícola. Antes de que pudieran volverse “autosuficientes” y comer los frutos de sus propios esfuerzos, primero tenían que pasar por la experiencia del maná que reforzó su comprensión de la absoluta dependencia del hombre del Todopoderoso incluso para sus necesidades más básicas.
Algunos escritores, sin embargo, señalaron otros temas latentes dentro de esta cualidad del maná. Según Rab Shimshon Refael Hirsch, la destrucción del maná tenía como objetivo enseñar a Bené Israel acerca de lo que sucede con las fortunas mal engendradas: “La lección que todo este procedimiento enseñó para ganarse la vida fue: lo que el hombre atesora contra la voluntad de D’s en un espíritu avaro, adorador de propiedades y negador de D’s, D’s lo entrega a los gusanos y se vuelve inmundo”. Los intentos de asegurar un medio de vida a través de medios prohibidos –como dejar maná en violación directa de la advertencia de Moshé– están destinados a fracasar; cualquier beneficio que se obtenga de esa manera finalmente se “podrirá” en lugar de traer éxito y buena fortuna.
Rab Shimon Moshe Diskin, en su obra Mas’at Moshé, sugiere una teoría muy diferente para explicar el significado simbólico del maná sobrante. En términos generales, las criaturas más “avanzadas” se echan a perder más rápidamente que las criaturas “menores”. Los objetos inanimados, como la piedra y el metal, normalmente no se descomponen. La vegetación, que es una forma de existencia “superior”, se deteriora con el tiempo, mientras que los cadáveres de animales se pudren muy rápidamente. El deterioro del maná durante la noche, sugirió Rab Diskin, fue el resultado de (y, por tanto, un testimonio de) su naturaleza sublime y espiritual. Los Sabios hablan del maná como el “alimento de los ángeles“, una sustancia “de otro mundo” que sostuvo a Bené Israel a través de medios enteramente espirituales. Por tanto, se pudría más rápidamente que otros tipos de alimentos, independientemente del medio de conservación utilizado. Entonces, según esta teoría, el rápido deterioro del maná no sirvió para transmitir un mensaje particular, como había explicado Rab Hirsch, sino que fue más bien una función de su naturaleza enteramente espiritual y su esencia fundamentalmente diferente de todos los medios familiares de sustento.
¡¡Shabat Shalom uMeboraj!!
Rab Mordejai Maarabi
las reflexiones son muy interesantes, estoy esforzandome para aprender herbrero, me falta u TORAH, para practicar lectura