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PERASHAT VAETJANAN – SHABAT NAJAMÚ-
- julio 26, 2023
- Publicado por: augustomunoz
- Categoría: Sección Torah
Color Esperanza…
(Comentario sobre la Perashat Semanal)
29/7/2023 – 11 DE AV 5783
Hay una canción que golpea fuerte en mi corazón. No sólo las melodías suenan dentro, sino las letras. Porque más allá de la moda de turno, más allá de lo vulgar y lo inexpresivo, hay sonidos que penetran, que se tornan audibles más allá de mis propios silencios. Porque cuando cierro mis ojos, también puedo ver la esperanza. De muchos colores. Infinitos diría. Porque quienes me dieron la vida, supieron llenarme de esperanza. De esperas. De expectativas del por venir… Y me enseñaron que la esperanza, nace de una plegaria silenciosa, íntima, a veces inaudible, pero repleta de sonidos maravillosos…Como la sus voces, la de mis padres, que se entremezclan entre los otros sonidos, más ruidosos y más constantes, de mis nietos. De mi por venir…
Porque no aprende desde allí. A veces incluso, de ‘lo no dicho’, que de por sí, se ha transformado en un discurso sabio, prudente…¡y cuánto nos hace falta el día después! Pues ellos, los padres, sembraron en uno flores y frutos que sólo se ven crecer y por sobre todo madurar mucho después…¡muchísimo después! Entonces me sumo en la perashá, en sus silencios y en sus afirmaciones. En saber que parte de mi ser judío se enhebró con las primeras plegarias de mi madre…con parte de los deseos silenciosos y sentidos de mi padre…Con el fervor que le impusieron a la palabra, mis hijos…
Moshé Rabenu eleva quinientas quince plegarias al Creador. Así nos lo descubre –casi como un secreto- el Midrash. ¿Tantas tefilot? ¿Precisamente Moshé, a quien David hamelej lo definió en sus salmos como “Ish haElokím”, ‘Hombre de D´s’?
Entiendo a David. Un hombre tan cercano a El… ¿Para qué tantas y tantas súplicas? ¿Qué le acongojaba? ¿Qué le acometía? ¿Cuál era su pedido? Preguntas que genera la plegaria de un hombre casi consagrado. Inquietudes que despierta el hombre de fe por doquier, cada día, ante el espectador circunstancial, que imagina (el espectador), que ese hombre sumido en tefilá en cuerpo y alma ya ‘debe tener todo resuelto’, ya sus seguridades superan sus inseguridades, así como su afirmaciones no dan lugar a las dudas…
“Así una espada filosa penda de tu cuello” enseñaban los que sabían, “nunca desesperes de la compasión Divina”. Aún cuando uno entienda que ‘todo está ya perdido’, la desesperanza jamás podrá ocupar el escenario del vivir cotidiano…
Conjugar la esperanza es apostar a la vida. Moshé Rabenu, es maestro porque enseña a vivir. A reclamar cada palmo de la existencia, y que la misma sea vivida con dignidad. Y por suerte, tiene a Quien pedir…
¿No es acaso una sensación feliz, el poder saber que aquello que pedimos queda estampado en la eternidad? ¿Qué aquello por lo cual luchamos, soñamos y nos proyectamos, pueda quedar sellado ante La Presencia recóndita y sublime de nuestro D´s? ¿No resulta gratificante, hasta casi una sensación de dulzura sin igual, el hecho que Alguien recoge nuestro pedido, reúne cada lágrima, escucha cada suspiro, para atesorarlos por siempre?
Moshé reza quinientas quince plegarias este Shabat. Si siempre fue escuchado, esta vez no será la excepción, piensa para sí. ¿Su deseo? Uno solo y demasiado simple a nuestros ojos: “Déjame pasar te ruego a fin que pueda ver la buena tierra…”.
¡Moshé reza a D´s para que lo deje ingresar en Israel! Eso es todo. Y para ello, eleva tantas y tantas plegarias. Y usted se estará preguntando por qué, ¿verdad? Si por su cercanía a D´s bastaba con una…Y está en lo correcto. Una sola plegaria -en otras circunstancias, de tan sólo cinco palabras- bastó para pedir por la cura de su hermana Miriam en el desierto…
Pero los sabios, vuelven en el Midrash, a resolverlo: “Moshé deseaba hacer importante la tierra ante los ojos y los corazones del pueblo de Israel…”.
Nuestra Israel es importante. Vital diríamos. Y lo importante es que tomemos conciencia de ello…Y a partir del modelo de Moshé, en cada generación y generación, quienes habitaron como el poeta y sabio judeo-español Rabí Iehudá HaLevi ‘en el final de occidente’, siempre necesitaron sentir que ‘sus corazones estaban en el oriente-‘…, tal vez, pensamos, ello se deba al efecto de aquellas incontables plegarias, que quedaron en el eco de los tiempos, resonando en la caja acústica del ser judío de cada generación…
“Vaetjanán el HaShem baét hahí…” ‘Y supliqué al Eterno en aquel instante…’. Un instante de vida, construye toda la vida. Moshé Rabenu nos enseña que aún el más grande entre los hombres, tiene sensaciones y aspectos por resolver…A partir de él, entramos en acción nosotros. Su pueblo. Y aún a veces, en medio de la desesperanza y el vacío, afloran –deben aflorar- la esperanza y los contenidos.
La esperanza es la palabra, nuestra voz. Los contenidos, tantas plegarias podamos construir con esas palabras…¿El resultado se pregunta? Usted se estará –y me estará diciendo-: ¡pero mire Moshé, rezó tanto y no fue escuchado!!
Entonces le diré querido lector, que HaShem, D’s Todopoderoso, le permitió ver a Moshé, con sus ojos, toda la extensión de la tierra, cada llano y cada valle, cada montaña y cada río…aunque allí no pasó… Sus plegarias tuvieron respuesta. Un cincuenta por ciento de sus deseos…¡Si tan sólo habremos de alcanzar la mitad de cuanta aspiración, de cuanto sueño y de cuanto proyecto tengamos en la vida!!…Entonces miraremos al Cielo con los ojos de la verdad. Esos ojos que, como los de Moshé, todo lo vieron, todo lo contuvieron, todo lo atesoraron…Emet veEmuná col zot reza nuestra plegaria nocturna en la conclusión del ‘Shemá’. Poder ver la Verdad con los ojos de la Emuná, la Fe que nace dentro para no abandonarnos jamás…Como ellos, mis padres de bendita memoria, que jamás me han abandonado en este camino simple del vivir…
¡¡Shabat Shalom uMeboraj!!
De todo corazón,
Mordejai Maarabi