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(Comentarios sobre la Perashat Semanal)
Por el Rabino Dr. Mordejai Maarabi
25/05/2024 – 17 DE IYAR 5784
COMENTARIO 1: Canto de Libertad…
“Y harás resonar la voz del shofar a los diez días del séptimo mes: en el Yom Hakipurím haréis sonar el shofar en toda vuestra tierra”.
Así nos inspira nuestra sagrada Torá a reafirmar los días pasados de Pesaj, tiempo cuando la libertad asomó por entre los días y noches del pueblo judío. Un día. Cuando transcurre el reencuentro del hombre con D’s; cuando el perdón parece ser el bálsamo que recomponga el vínculo; cuando los días de un sincero y sentido arrepentimiento han golpeado las puertas del corazón, ese día, se transforma en un llamado hacia la libertad…
“Y santificaréis el año quincuagésimo, y proclamaréis libertad (para los siervos) en toda la tierra, para todos sus moradores; año de jubileo – Yobel- será para vosotros, y cada uno de vosotros tornará a sus posesiones, y cada uno a su parentela volverá”.
Año cincuenta. Yom HaKipurím. Un sonido penetrante del Shofar. Tiempo, espacio, conmoción y emoción: grito de libertad que suena y resuena por entre las paredes frágiles de un calendario que clama y reclama al hombre a dejar ser…para volver a ser.
Rashí nos llama la atención, en la construcción del versículo: “a los diez días del séptimo mes: en el Yom Hakipurím…”. Se pregunta el exégeta: ‘De momento que se nos ha dicho Yom HaKipurím, ¿acaso no sé que es a los diez días del mes? Entonces ¿para qué fue dicho ‘el día diez’? Para enseñarte que el sonido del Shofar en el día diez posterga la santidad del Shabat en toda la tierra de Israel (es decir que se debe ejecutar el Shofar aún siendo Shabat!), mientras que el sonido del Shofar de Rosh haShaná no posterga jamás la santidad del Shabat en todo el país, sino sólo en el lugar donde funcionaba el Bet Din’.
Usted comprenderá querido lector, el aspecto trascendente de la libertad. Rashí en un comentario que aparece como ‘simple’, nos insinúa que la santidad del Shabat mismo podía ser postergada para que ese sonido, en la santidad del Día del Perdón, pudiese ser escuchado y señalar, con ello, el valor que conduce desde el mundo de la Creación, la existencia del ser humano por doquier.
¡La libertad – “Dror”– no puede esperar! ¡Es vital! Sólo el hombre verdaderamente liberado, podrá conectarse con Su Creador, alcanzar Su Perdón y reencontrarse en la Santidad de un Día, llamado a hacernos más y más libres.
El Shofar ocupará el escenario. “Ve-ha-avartá shofar teru’á” – “והעברת שופר תרועה” nos dice el pasuk inicial. El Zohar haNiglé (Emor 92 B) nos aporta una idea singular: “Dijo Rabí Shimón: ¿Por qué dice la Torá ‘Shofar Teru’á’ (ya que debería haber dicho sólo ‘Shofar’)?
Y nos sorprende Rabi Shimón Bar Yojai con su aguda mirada: Se trata de un Shofar que ‘rompe y quiebra’ (tal como el sonido entrecortado y ‘roto’ de la Teru’á, N. del T.) las cadenas, un shofar que deshace y fragmenta el yugo que oprime al esclavo”.
¡Vaya imagen! Un sonido que logra deshacer las coyundas de la esclavitud; romper cadenas retorcidas de un hierro nacido para doblegar.
El shofar de Yom HaKipurím posee un sonido singular. Asume un sentido propio. No sólo anuncia el comienzo de una era. Sino que conlleva entre sus estridencias un significado nuevo para el hombre que habrá de nacer tras el Perdón: Libertad, “Dror”…por primera y única vez la libertad se viste de un repiqueteo en su propio pronunciarse…
“Dror” parece querer golpear allí donde sólo la agudeza auditiva puede llegar: golpear la conciencia adormecida del hombre por doquier, para no caer ya más entre los mercaderes de la opresión y la esclavitud. ¡Aún entre los iluminados tiempos posmodernos! Tiempos que quieren hablar de ‘libertades’, pero que no hacen más que atarnos a cadenas perpetuas…
Vayikrá va alcanzando sus sones finales. Este Shabat, su sonar quiebra definitivamente las cadenas de la humillación y la indiferencia. Y recuerde estimado lector: ese Shofar que usted y yo escuchamos el sonido del Shofar del sagrado día de Yom Kipur, no anuncia el final del día…No.
Simplemente nos augura que el año a comenzar nos vea más libres…Es decir, caminando de la Mano del Creador. Hoy, en tiempos de “libertades” que han degenerado en libertinajes, nuestra Sagrada Torá vuelve a colocar ‘los puntos sobre las íes’…Esto es: que podamos definitivamente vivir la vida que merecemos, desatando ya las ataduras que nos han llevado a sensaciones infrahumanas…
COMENTARIO 2:
La Torá en Perashat Behar ordena, “ve-lo tonu ish et amitó” (25:17), que prohíbe “agraviar” al prójimo, una prohibición que Jazal (citada por Rashí) entiende como una referencia a ona’at devarim – un discurso hiriente. Rashí da el ejemplo de ofrecer intencionalmente a una persona un consejo erróneo, sugiriendo un curso de acción que sería perjudicial para ella.
Varios escritores plantearon la cuestión de cómo reconciliar los comentarios de Rashí aquí con sus comentarios anteriores en Sefer Vayikrá, al explicar la famosa prohibición: “No pondrás tropiezo delante de un ciego” (19:14).
Rashí interpreta que la prohibición se refiere a ofrecer a una persona un consejo poco sólido, precisamente el mismo caso que Rashí incluye aquí bajo la prohibición de ona’at devarim. Surge naturalmente la pregunta de por qué Rashí clasifica esta prohibición, en contra de ofrecer consejos dañinos, bajo dos prohibiciones bíblicas diferentes.
El autor de Mishjat Shemen sugiere una posible respuesta a la luz de la pregunta planteada por varios Ajaronim(juristas –poskim- que van desde el siglo 16 hasta la actualidad), con respecto a los parámetros de la prohibición de “lifnei iver lo titen mijshol” (colocar un “tropiezo” antes de una “persona ciega”).
Esta prohibición también incluye llevar a alguien a pecar, y varios Ajaronim abordaron la cuestión de si uno viola esta ley si atrae a alguien a pecar, como al darle comida no kosher, pero esa persona resiste la tentación y evita cometer errores. ¿Se viola “lifnei iver” al atraer a alguien a pecar sin importar el resultado, o la persona debe realmente cometer el acto pecaminoso para que se viole la prohibición?
El Jazon Ish (Yoré Deá 62:25) escribe que uno no viola lifnei iver a menos que el individuo a quien atrajo haya cometido el acto prohibido en cuestión. De acuerdo con esta teoría, escribe el “Minjat Shemen”, tal vez podamos tener una respuesta a la pregunta de por qué Rashí incluye ofrecer consejos poco sólidos bajo dos prohibiciones.
Mientras que lifnei iver depende de un acto prohibido resultante de un consejo erróneo, y se viola solo cuando una persona realmente “tropieza” como resultado de la sugerencia engañosa de su compañero, ona’at devarim probablemente se viola independientemente del resultado. La prohibición de ona’at devarim implica un discurso hiriente, que verbalmente causa angustia y agravación a una persona. Es posible, entonces, que uno viole esta prohibición al dar consejos dañinos incluso si el individuo no los sigue, o si no resulta en ningún daño, porque la persona experimenta angustia cuando se da cuenta de que está siendo engañada.
Podríamos aplicar este concepto también al caso inverso: a los intentos sinceros pero infructuosos de ayudar a otra persona. Incluso si nuestros esfuerzos por ayudar a nuestro prójimo finalmente resultan ineficaces, hemos realizado un acto de bondad. Así como una persona se siente herida por ser engañada intencionalmente, incluso cuando no se produce ningún daño, a la inversa, una persona se siente alentada y apoyada cuando otros intentan ayudar sinceramente, incluso si sus esfuerzos no producen los resultados deseados.
Mientras seamos sinceros en nuestro intento de ayudar y hagamos lo mejor que podamos, podemos sentirnos seguros de que hemos hecho algo valioso para la persona, independientemente de los resultados tangibles de nuestros esfuerzos.
¡¡Shabat Shalom uMeboraj!!
Rab Mordejai Maarabi
Gracias inmensas por las enseñanzas. GRACIAS GRACIAS GRACIAS