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Por el Rabino Dr. Mordejai Maarabi
27/04/2024 – 19 DE NISAN 5784
Caminos de la Esperanza…
Tiempo de nuestra libertad. Así han sellado nuestros sabios el primero de los tiempos bíblicos. Como indicándonos que el precioso valor de vernos libres, debe trascender más allá de un día, de una fecha, de un acontecimiento.
Es que comenzar a caminar la historia, es patrimonio no sólo de cuerpos sino de almas. “Nafshí jamdá be-Tzel Yadeja…” canta el hermoso e incomparable ‘Shir haCabod’. Mi alma anhela estar a la ‘sombra de Tu Mano’. Los días de Pesaj llegan para acogernos a Su Sombra. Poder abandonar definitivamente la oscuridad del exilio, de la discriminación, del abandono, para hallarnos en Sus brazos de aquí en más.
Pesaj es ese desafío. Poder hallar a D’s en cuanto camino transitemos. Es ‘provocar’ aquel encuentro proclamado ante el Faraón, “Shelaj et Amí veYaavdúni” – ¡Envía a MI Pueblo para que me sirva a Mí! Pesaj es ir al encuentro del Todopoderoso. Un encuentro que nace en la propia esclavitud, en los silencios mortales de una agonía inesperada…Pesaj es entonces más vida que nunca. “Va-omar laj, be-damáij jaí…” – Y entonces te dije a ti: ¡por tu sangre vivirás! Ese Pacto de sangres que correrá a lo largo de su destino como pueblo y como individuos.
Shabat Jol HaMoed Pesaj. Un tiempo donde confluyen todos los matices si me permiten mirarlo de esa manera. Ante todo, Shabat. La sumatoria absoluta del tiempo, cuando celebrarlo resignifica una vez más el ser libres. Porque en Shabat confluyen todos los sentidos de la Creación. Y casi, imperceptiblemente, se asocia la palabra “Jol”, diría la antítesis del sagrado día. Y así el ‘jol’ parece imbuirse del sentido sabático y conforma junto al día sagrado una primera conjunción. Porque en última instancia estamos consagrando el tiempo. Los tiempos totales. Entonces, este Shabat abraza al Mo’ed –al tiempo festivo- que convoca, que reúne, que nos pide ser testigos de este tiempo único de Pesaj, cuando la redención de Israel parece ser el sello contundente de un principio. Tanto como el Shabat Kodesh: “Ki hú Yom Tejila leMikraé Kodesh, zejer liTziat Mitzráim”. Nada más maravilloso. Shabat como el tiempo inicial de todas las Festividades, y por sobre todo: ‘Recuerdo de la Salida de Egipto…’.
En este Shabat se afirma la libertad. Quedan aún “días” por caminar. Quedan horas para sentirnos verdaderamente desconectados de los egipcios, del faraón, de sus promesas jamás cumplidas. Pero Shabat Jol HaMoed es una corona en particular. Aquella que comenzamos a sentir una semana atrás, cuando aquel 10 de Nisán –hace 3335 años (nada más)- tomábamos un cordero en custodia para nuestras casas. Un Shabat despertamos a la libertad. Un Shabat después, la coronamos en el camino….Libertad es protagonismo. Ser libres implica algo más que dejar de ser esclavos. Sentirnos al “amparo” de D’s, es comprender más que nunca, que allí nace el “zeman jerutenu”. Jerut es algo más que libertad. Es el logro ético, responsable de mi libertad. Poder reconocer al otro, y luego ser ‘nosotros’…
Así este Shabat Kodesh. Lo sagrado de él – de cada Shabat y de cada Moed- es volver a mirar las huellas de un camino, que data de más de tres mil años. Huellas que están allí, a cada paso, y están aquí, en “ese alma judía que se conmociona” al sentirnos dueños de la esperanza, ‘Ha-Tikva’…
“Entre el estímulo y la respuesta hay un espacio. En ese espacio está nuestro poder de elegir nuestra respuesta. En nuestra respuesta yace nuestro crecimiento y nuestra libertad” Viktor E. Frankl
COMENTARIO 2: Uno de los enfoques adoptados para explicar el simbolismo de la matzá y su contraste con el jametz –como lo desarrolla Rab Shimshon Rafael Hirsch en varios contextos– se relaciona con el tema de la creatividad y la innovación humanas. La matzá es un producto crudo y no desarrollado de harina y agua, mientras que el jametz es el resultado del ingenio humano que desarrolló y refinó esta combinación del agua con la harina. Como tal, jametz significa la capacidad del ser humano para construir y crear, mientras que matzá representa la ausencia de intervención humana.
Por lo tanto, Jametz está estrictamente prohibido en Pesaj, para subrayar la absoluta pasividad de Bené Israel en el proceso del Éxodo. Uno de los temas de Pesaj es la condición de absoluta impotencia en la que se encontraban los Bené Israel en Egipto, cómo no eran capaces de aliviar su sufrimiento ni merecían la intervención de D’s para ayudarlos.
Este tema quizás se desarrolle más claramente en la profecía de Yejezkel (capítulo 16), que compara a Bené Israel en Egipto a una niña abandonada al nacer. D’s representa gráficamente la imagen de un recién nacido que no fue lavado, vestido ni cuidado de ninguna manera desde el momento en que salió del útero. Y luego vino Él, el Todopoderoso, y adoptó a la niña abandonada, cuidándola con devoción e incluso comprándole la ropa y los aceites más finos cuando llegó a la adolescencia. La difícil situación de Bené Israel en Egipto era tan indefenso como el de un niño abandonado en un campo abierto el día de su nacimiento. No tenían posibilidad de cuidar de sí mismos, y D’s vino y en Su infinita compasión los “adoptó” y los cuidó, “levantándolos” hasta convertirlos en una nación fuerte y poderosa.
En Pesaj, conmemoramos nuestra salida de una condición de impotencia, a través de la matzá, que significa la ausencia de ingenio humano. No nos ayudamos nosotros mismos la noche del Éxodo. D’s nos ordenó permanecer adentro, escondidos en nuestros hogares, mientras Él hacía el trabajo por nosotros. Aunque el resto del año ciertamente tenemos derecho a hornear y comer jametz, a aplicar nuestros talentos y creatividad para mejorar y desarrollar el mundo, en Pesaj reconocemos nuestro estado de absoluta impotencia en Egipto, y por lo tanto evitamos cualquier rastro de jametz. (El autor de la Hagadá amplió esta conmemoración a través del himno Ve-hi She-amda, en el que proclamamos que a lo largo de la historia plagada de crisis de nuestra nación, tampoco podríamos sobrevivir sin la protección continua de Dios).
Este tema de impotencia también puede estar relacionado con el concepto de “Jipazón” – la premura, el apuro, que es inherente al significado simbólico de la matzá. En un nivel, la prisa frenética con la que nos fuimos de Egipto testifica del hecho de que el Éxodo fue exclusivamente obra de D’s. Si hubiésemos ganado nuestra libertad gracias a nuestros propios talentos, habríamos abandonado Egipto triunfalmente, de manera orgullosa y digna, y no como refugiados que huyen imprudentemente. Además, sin embargo, el “Jipazón” es Divino, no humano. Un ser humano produce y logra mediante paciencia y diligencia; somos incapaces de lograr objetivos importantes de forma instantánea. D’s, sin embargo, puede derribar imperios de la noche a la mañana.
La matzá se hace apresuradamente, antes de que la masa pueda fermentar, lo que significa la prisa con la que Dios puede provocar acontecimientos drásticos. Jametz es el resultado de un proceso más largo y prolongado, que representa la manera lenta y gradual en que los seres humanos logran sus objetivos.
Inmediatamente después de la celebración del Éxodo el primer día de Pesaj, comenzamos sefirat ha-omer, un proceso que refleja la antítesis del “Jipazón”: una progresión lenta, paso a paso, hacia una meta. Y esa progresión culmina en Shavuot, cuando estamos obligados a traer una ofrenda de jametz en el Mikdash (Vaikrá 23:17). Shavuot es la celebración de nuestra aceptación de la Torá – nuestro esfuerzo humano por cumplir la voluntad de D’s. Como todo esfuerzo humano, nuestro crecimiento en la Torá es incremental. Pesaj es la fiesta de matzá , de “Jipazón”, mientras que Shavuot es la fiesta de jametz , de sefirá . Pesaj celebra los logros de D’s, mientras que Shavuot celebra nuestros logros: nuestro compromiso continuo y de por vida con el crecimiento espiritual. Los logros de D’s están representados por la prisa de matzá, mientras que nuestros logros están representados por jametz, lo que sugiere el proceso gradual, paso a paso, de crecimiento y desarrollo. Por lo tanto, Pesaj se caracteriza por la matzá, el símbolo de la obra de D’s, mientras que Shavuot se caracteriza por el jametz, el símbolo de nuestros devotos esfuerzos por crecer y alcanzar logros.
Muchas gracias. ?Como puedo iniciar sesion?